Descansar también puede ser difícil. Después del estrés de exámenes y entregas, para muchos estudiantes las vacaciones de invierno se sienten como un alivio... pero también acarrean nuevos desafíos para la salud mental. La desconexión de la rutina, los reencuentros familiares y el exceso de tiempo libre pueden ser una mezcla desconcertante. Por eso, en la organización Mental Health America (MHA) proponen algunas claves para atravesar esta etapa de transición con más equilibrio y menos ansiedad.
¿Te sentís con demasiado tiempo libre? Venís de semanas sin dormir, de correr entre clases y parciales, ¿y ahora te encontrás con un montón de horas disponibles? Suena bien, pero también puede hacerte sentir perdido o incluso angustiado. Para evitar eso, los expertos recomiendan armar una lista de cosas que te gustaría hacer: puede ser leer por placer; volver al gimnasio; pintar; ver pelis o simplemente reencontrarte con amigos. Hacer planes simples te ayuda a reconectar con vos mismo.
La salud mental, ante todo
¿Andás corto de plata? Muchos estudiantes aprovechan estas semanas para hacer changas, cubrir gastos o ahorrar para lo que viene. Hay trabajos temporales (en comercios, bares y restaurantes; cuidados de niños y adultos...) que no sólo te dan ingresos, sino que también te conectan con gente y una rutina nuevos. O incluso podés aprovechar para hacer voluntariado, ganar experiencia y sumar puntos para el CV.
¿Estás preocupado por tu salud mental? Si ya venías sintiéndote mal o si en estas semanas notás síntomas como pensamientos acelerados; falta de motivación; ansiedad o insomnio, es clave prestar atención. Las vacaciones pueden ser un buen momento para escucharte y pensar qué necesitás. Si estás en tratamiento, hablalo con el profesional que te atiende. Si no, podés buscar recursos gratuitos como las autoevaluaciones que ofrece Mental Health America en su web.
Las vacaciones no son iguales para todos. A algunos les devuelven la energía, a otros los confrontan con su ansiedad o sus miedos. Lo importante es saber que uno no está solo; que es válido sentirte raro o confundido en este tiempo de “descanso”, y que hay formas de transitar con calma los momentos de angustia o desasosiego.